Sentimientos prohibidos

CAPITULO 12

‘‘LA UNICA PERSONA QUE EN REALIDAD ME QUIZO’’

Elena: aléjate de mí, no te acerques más…

Bill: Elena, por favor…

Elena: Elena, nada…no quiero saber nada de nadie, los odio tanto, quisiera morir…

Bill: no digas eso, mi amor…

Elena: amor? Como te atreves a llamarme asi? Tú no conoces el concepto de esa palabra…cuando amas no debes mentirle a esa persona y mucho menos engañarle, y tú eres un mentiroso hipócrita…

Bill: esta bien, me alejare de ti…de todos modos Naty es mi novia…

Elena: que rápido…si que tienes prisa…haber si ella te resulta tambien con un bebe…

Bill: cállate! No sabes lo que dices…

Elena: si, si lo se…

Bill: no, crees que lo sabes todo pero no es asi, eres una niña tonta y malcriada…

Esas palabras dolieron muchísimo hasta lo mas profundo de su corazón, aquel sentimiento quizá aquel sentimiento de amor estaba desapareciendo debido al rencor que aguardaba en su corazón a punto de derramarse…Los dos permanecían solos parados uno frente al otro…hasta que la chica rompió ese silencio…

Elena: pues si soy una niña tonta y malcriada como dices, déjame en paz…

Bill: tome una decisión y… – Los interrumpieron. –

Nate: Elena, nunca llegaste…

Elena: lo siento…ya iba…

Nate: porque siempre nos encontramos?

Bill: quizá por la misma mujer…

Elena: Nate, nos vemos mañana ¿si?

Nate: por supuesto. – Beso su mejilla.-

Se despidió de ella y se retiro…asi que volvieron a quedarse solos nuevamente...Bill no dijo nada y solo se lanzo a sus labios, asi uniendo sus labios con los de ella…

Elena: suéltame! – Se aparto unos centímetros de sus labios viéndolo a sus ojos. – Si me vuelves a besar…yo te…

Bill: tu que? – La volvió a tomar.-

Elena: yo te voy a golpear. – Se separo de sus labios.-

Bill: atrévete!

Elena: lo hare…

Levanto la mano en son de hacerlo, y asi lo hizo, tras eso, la mano le quedo ardiendo de dolor…y la mejilla del muchacho se iba enrojeciendo poco a poco…

Elena: te lo advertí…

Bill tenía ganas de golpearla como ella lo había hecho y tambien tomarla a la fuerza, como venganza por haberlo golpeado… pero no podía hacerlo por que en realidad la amaba…

Elena: aquel hombre fue la única persona que me quiso de verdad…me gustaría que estuviera aquí para cuidarme…

Bill: que hombre? – Celoso.-

Elena: es algo que a ti no te importa. –

Bill: bien, te dejare con tu…hijo…

Elena: vete!

Casi lloraban los dos en ese mismo instante, tenían los ojos vidriosos, mientras se miraban fijamente se decían cuanto se amaban con tristeza y en silencio…

Cada uno tomo camino diferente y se retiraron…

Bill: que haga lo que quiera…

Tom: discutiste con ella?

Bill: si…

Tom: y que te dijo?

Bill: que me alejara de ella…

Tom: lo siento…

Bill: no importa…

Tom: claro que si importa…no puedes estar con Naty sino la amas…

Bill: y tú que sabes…

Tom: soy tu hermano…no me puedes engañar…

Bill: piensa lo que quieras…

Tom: eres un tonto…tu amas a Elena…

Bill: claro que no…

Tom: claro que si…

Tom: que no…

Tom: si pero como eres torpe ahora no volverá nunca contigo…ay, ay, que pasaría si alguien mas apareciera en su vida, y lograra enamorarla…eso te dolería mucho, verla besar a otro hombre que no eres tu…

3 meses después:

Día de la boda:

Lucia: me siento tan feliz. – Arreglaba su vestido de novia.-

Elena: que bueno que te sientas asi…

Lucia: anímate! Se feliz por mi, una vez en tu vida…

Elena: lo intentare, solo porque hoy te casas…

Lucia: y no olvides al bebe…

Elena: no lo olvido, es todo para mí…pero, mejor celebremos. – Cogió una copa de vino y le cedió una a Lu. – Salud!

Lucia: suelta eso.- La quito de sus manos para que no bebiera. – Tú no puedes beber, estas embarazada…

Elena: entonces con que celebro?

Lucia: no lose, un jugo…

Elena: mejor no…

Lucia: mira, yo se que tu no eres una drogadicta, y lo has hecho por tristeza, pero ya no lo vuelvas a hacer nunca mas…entiendo que tu corazón esta frágil…

Elena: no sigamos hablando de tristeza…

Había tanta tristeza y tanta alegría a la vez, por supuesto, la alegría provenía de Lu, y lo otro ya lo sabemos…es como la luz y la oscuridad…